XOXO

jueves, 6 de mayo de 2010

V descubre Victoria 's Secret

El jueves después de la escuela, Vanessa estaba caminando por la calle Broadway,
Soho, filmando un travesti vestido con un mono PVC negro y botas de PVC con la plataforma de tacón de 15, el ritmo con un diminuto Chihuahua escondido en una Sueli negra y naranja de peluche cuando estaba de pie delante de Victoria
Secret para una mujer que estaba distribuyendo folletos promocionales y presentando la colección de ropa interior muy sexy.
Compre dos sujetadores y recibe unas bragas Sexy-cadena o una tanga a juego!, decía el folleto.
Vanessa no sabía lo que era un v-cadena o una correa. Compró ropa interior
Hanes Her Way de algodón y en Rite Aid, y nunca había entrado en el Victoria's Secret
Ella miró el cartel de Ángeles Gisele Bundchen utilizando la colección que llenaban las ventanas. ropa interior sin costuras con un asiento Celestial, decia el cartel. DECLARAMOS que cualquier cosa sería celestial en Gisele, pero se vería bien en ella?
Vanessa se pasó la correa de la cámara en el hombro y abrió la pesada
puerta de cristal de la tienda, pensando que podía ser algo divertido de descubrir.
Ella se había arrepentido en cuanto la puerta se cerró detrás.
- Bienvenido a Victoria's Secret - dijo una pequeña rubia
con un traje pantalón negro y ceñido. - ¿Puedo ayudarla a encontrar
algo hoy?
Vanessa miró. Odiaba que los vendedores revolotearan al alrededor de las personas.
- No - dijo ella, el despido de la mujer. - Sólo Estoy echando un vistazo.
La mujer sonrió amablemente.
- Muy bien. Para que lo sepas, mi nombre es Vanessa.
Vanessa la miró sorprendida.
- Es mi nombre también - dijo ella, sintiendo medio mal por ser tan grosero con las mujeres. - Tenemos el mismo nombre.
Vanessa Rubia sonrió radiantemente para ella.
- ¡Qué casualidad! Bueno, no te olvides de mi nombre. Llámame si necesitas algo - entonces volvio para ayudar a otro cliente.
Vanessa miró a la tienda. Perfumes y música de cámara llena aire, y la alfombra era de terciopelo rojo oscuro.

Las mesas redondas cubierta de células de raso rojo había tangas y ropa interior en colores sólidos, los patrones de los animales y flores. En cada pared había estanterías de los sostenes de estiramiento del satén y el algodón. Había corsés, tangas, v-cuerdas y pantalones cortos. Enaguas, corpiño, ligas y ligueros. Vanessa nunca había visto tanto espacio dedicado al tipo dela vanidad de la mujer a la que siempre aborreció. Pero quizá, sólo quizá, un conjunto de sujetador de encaje media taza muy
Sexy tanga eran el tipo de cosas que necesitaba para permanecer como irresistible para Dan, que tendría su momento de poético o lo que sea que estaba esperando y decidiera que estaba listo para tener relaciones sexuales.
Se dirigió a un sujetador rojo. 34 ter, 36 º C, 38D.
Ni siquiera sabía lo que era el tamaño Debajo de la plataforma había un estante de sujetadores y las bragas, en lugar de tiras de ingresos para bragas - tiras muy pequeñas. Vanessa examinado las etiquetas. Así que esto era un tanga. Bueno, no le pareció tan
tan mal. Ella miró a su alrededor en busca de la rubia del mismo nombre.

- Decidió probarse algo? - Le preguntó Vanessa Rubia, dejando un contador a la izquierda de "Vanessa, que estaba ocupado doblando un montón de tangas de algodón blanco.
Vanessa se encogió de hombros, impotente.

- Hmmm, en negro? - Levantó un sujetador de media copa de ingresos muy sexy de color rojo.

- ¿De qué tamaño necesita usted? Vanessa Rubia se lo preguntó.
Vanessa frunció el ceño. ¿Cómo podría haber llegado a los 17 años sin saber lo que era el tamaño de su sostén?
No estoy segura - murmuró con voz casi inaudible.
Vanessa Rubia sonrió de una manera benevolente.
- Vamos a una sala de degustación, y habrá que medir.
Después de que me digas que estás buscando. Vamos a encontrar algo en ese estilo que te gusta, entra bien en el cuerpo y es cómodo también! ¿Qué piensa usted? Vanessa asintió a regañadientes. No es exactamente como la idea de la medida de alguien en los senos y no sabía lo que quería, pero Vanessa Rubia se veía como un profesional y ella ya se había ido demasiado lejos como para dejarla fumar.

- Lo quiero en negro - insistió.
-Lo sabemos, lo sabemos.

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