XOXO

viernes, 8 de enero de 2010

CAPITULO DOS

Puede deshacerse un matrimonio

Daniel Humphrey estaba mordiendo las uñas rosas de Vanessa Abrams y escupiendo en la alfombra marrón de su dormitorio. Una uña fue mucho más larga que las otras y que estaba cansado de la forma en que siempre lo rasguñaba accidentalmente.

-Hey, esa era mi uña de guitarra - Vanessa protestó, moviendo la mano con una llave inglesa y examinando los daños.

Dan se rió. Su cara era marrón pálido con vello en las patillas. Rara vez cortaba sus el pelo, pero el pelo demasiado grande combinado con la imagen de desgreñada poeta y supercafeinomano.

-Con eso tocas la guitarra.

Vanessa tenia los hombros y la parte superior de la cabeza y casi negro con un rapado nudillo pálido. Tenia enormes ojos marrones, piel blanca y labios rojos y delgados, y podría incluso ser hermosa, si dejara de afeitarse la cabeza. Pero Vanessa no le importaba la belleza, sino el lado más oscuro de las cosas, el lado feo.

-Cómo lo sabes? - Ella dijo. - Durante el día yo estoy contigo, pero por la noche toco tock.

-Te gusta la música alta – zombou, Dan la empujo a la cama y comenzó a hacerle cosquillas en las axilas. - Tu CD favorito es la grabación de una tempestada con truenos.

-Basta! - protesto Vanessa, debatiendo los brazos y las piernas y bufando histérica. - Daniel Randolph Humphrey, párate ahora!
¡Ay no eran tan lindo? Dan a haciéndole cosquillas.
- Dijiste la palabra prohibida.
Vanessa bajó el cuello de la blusa de Estado negro en el vientre blanco y un poco gordita.

-Randolph, Randolph, Randolph. ¿Quién le da al niño un segundo nombre? que parece el nombre de preservativos o estrella del porno o algo así. Randolph el Lubrificador! - dijo ella.
Dan estaba en completo silencio de repente, mientras que metió el dedo en una las quemaduras de cigarrillos en la manta verde vieja del ejército de la cama.
Vanessa se sentó.
-Lo siento. Prometí no decir tu segundo nombre y ahora estoy aquí, riéndome de él como una tonta. Pero no fue eso lo que distrajo a Dan
-Clark tiene que, veintidós años? - Preguntó.
Los ojos castaños de Vanessa fueron aún mayores. Clark fue el más antiguo camarero que estaba con ella antes de que la barrera de Dan finalmente cayera y comprendiera que él y Vanessa debería ser más que amigos.

-Sí, ¿y qué?

-Es-es camarero. Era un semental?

-Supongo. - Ella aún no entendía a dónde quería llegar.

Dan se tiro de la cama y encendió millonésimo Camel del día. Inhalando profundamente y respiró vapor gris-azulado en el aire sobre la cabeza de Vanessa. Ella sabía que él estaba tratando de aparecer calmado, pero sus ojos estaban nerviosos.

-Así que ... .. hmmm entonces qué?

Vanessa primero trató de reprimir una sonrisa. Así que era eso. Pensó en la respuesta.
A mitad de camino.

-Era semental, eso significa que lo hiciste o no lo hiciste, que significa eso?

- lo hice, pero no tanto - Vanessa respondió lentamente.

Ella y Clark lo hicieron, dos veces. La primera vez fue en pleno día. Estaba tan avergonzada de sus cuerpos que no presto mucha atención a otras cosas. La segunda vez se sentía más relajado, pero aún no podía entender por qué esto era tan bueno. Para ella, era tan divertidamente prehistóricos. Era exactamente el mismo que todas las cebras y las hienas se encontraban en el momento de apareamiento en los programas sobre la naturaleza. Sin embargo, se han hecho los medios legales.

Fue con el que sentía que tenía más sustancia, como una historia de yo no lo eh hecho- Dan dio otra fumada al cigarrillo. Y luego otra. Siguió a la costura de café manchado en la mesita de noche. Él era virgen y no Vanessa. No sabia cómo sentirse con respecto a eso. De hecho, lo sabía. Se sentía nervioso, estúpido, bajo, delgado, pálido, extraño y totalmente inadecuado. Por lo que Vanessa había hasta la fecha y el sexo con otro hombre?
-Mira, sé que eres virgen - Vanessa dijo bruscamente. -Pero eso no significa que tenga que continuar asi. - Levantó sugestivamente las cejas gruesas negras y sonrió.
Dan la miró y sonrió, también, y adquirió hermosas mejillas rosadas.

-¿De veras?
Vanessa asientos y se acercó un poco. Le puso las manos en el pecho y lo empujó a la cama. Luego tomó el cigarrillo de su mano y dejándolo en la vieja taza de café que estaba sobre la mesa de noche.

-No te preocupes - dijo con voz ronca de las mujeres con más experiencia. -
sé lo que estoy haciendo.
Lo besó suavemente en la boca y comenzó a desvestir a los dos. En primer lugar, tomó la camisa gris, y luego tomó el negro que vestía. Llevaba un top negro debajo. Todo lo que llevaba Vanessa era negro.
Dan respiro profundo y cerró los ojos. No sabía que iba a suceder. Para él, el sexo era tan importante como el nacimiento y la muerte, una de las experiencias poéticas más intensas que una persona podría tener. No era algo que se hace con tu novia cuando estaban aburridos una noche antes de la evidencia de la época media del sábado. Una cosa era cuando los dos ya había explorado todos los demás aspectos - intelectual, espiritual y filosófica. Dan llegó a jugar con la idea de de espera para tener relaciones sexuales cuando estaban casado listos para tener hijos. Él quería tener cinco los niños y darles el nombre de sus escritores favoritos: Kafka, Goethe, Sartre, Camus y
Keats. Incluso si no tenía que esperar hasta el matrimonio, la primera vez debía ser un proceso de descubrimiento de que los dos aprenden a hablar un nuevo idioma.
Pero Vanessa había aprendido el idioma con otro hombre.

-te tienes que levantar y quitártelos - señaló, arrodillarse en el suelo, mientras que Dan la sintió en sus pies y se levanto.

-Espera.

Vanessa regreso a la cama y se sentó junto a él, con las piernas cruzadas, con el top negro y bragas negro.

-Cuál es el problema?

-Yo no quiero hacer esto - Dan cruzó los brazos delgados sobre su pecho desnudo. Y unos pantalones que todavía tenia en el cuerpo, pero se sentía muy desnudo. - Quiero decir, no ahora.
Vanessa extendió la mano y el la abrazo feliz.
-Yo estaba nerviosa la primera vez también. No tanto - dijo-, tranquilízate. Te lo prometo.
Dan tragó en seco y miró al techo. Se buscado a una grieta en el yeso
por encima de su cabeza.
-Yo sólo quería esperar a que sea más ... significativo.
-Está bien, dijo Vanessa lentamente. Pero es sólo sexo, salvo que lo es. No es un poema. Obviamente no lo digo en serio.

Para Dan fue incluso un poema. Probablemente, el poema más importante que
escribió. Se puso la camiseta.

-Simplemente creo que mejor esperar, es sólo eso.
-Está bien - dijo Vanessa, el punto de perder la paciencia.

Dan estaba siempre teniendo en cuenta otras cosas, escribir sobre ellos en su capuchón negro de bloquiño hasta que no había nada más que escribir. Le encantaba la forma en que era sensible y romántico, pero por lo menos una vez en la vida podía dejar de ser bueno y de pensar tanto en las cosas y simplemente siguier sus impulsos. Sin embargo, la final Vanessa no fue de la misma desde el día en que se conocieron e hicieron amigos, tres años antes. No iba a arruinar las cosas, ahora que por fin estaban juntos. Dan encendió otro cigarrillo. Vanessa se acerco a el de nuevo.

-Hey, no, no estes tan preocupado. Por mi podemos esperar. ¿Está bien?

Se sentaron. Vanessa tomó la mano y se puso el brazo de Dan alrededor de los hombros. Se volvieron a acostar en la cama y Dan sopló el humo en la función de linterna roja de China, mientras que suavemente acaricio la cabeza calva de Vanessa con el pulgar. Tuve la suerte de no tener que explicar ambos. Era lo fresco en salir con el mejor amigo. Ella lo conocía casi mejor de lo que él se conocía a sí mismo.
Los dos yacían allí durante algún tiempo, viendo el humo de cigarrillo Dan flotan en el
aire. Esa era otra cosa que ser legal con el mejor amigo. No cuando tienes que hablar.

-Una vez que empiece las vacaciones, hare una película más. Vanesa-rompió el silencio. - Creo que mi guerra y la paz puede ser demasiado oscuro para enviar a la Universidad de Nueva York.

La última película de Vanessa era una adaptación de una escena de guerra y la paz, de Tolstoi, y trajo como Andrei princepe a Dan adicto al crack. Vanessa se había aplicado a la Universidad de Nueva York y quería enviar a una de sus películas en lugar de escribir un ensayo, porque quería forma en el cine. Apenas podía esperar. Sólo una vez más en la Escuela de Niñas Malvadas y neuróticas de Constanza Billard, donde (gracias a Dios) no encaja en nada, y ella era libre, libre, libre!
Dan lanzó una bocanada de largo. Ya no sabía a lo que se refería a Vanessa. Las películas eran diferentes, pero lo hizo brillante. Hablo con Universidad de Nueva York no aceptó ello.

-Si alguien tiene que preocuparse, ese alguien soy yo - dijo, con las manos temblando de nervios otra vez.

-Cómo es eso? - Vanessa preguntó. - Una universidad con un programa de literatura decente significa que tendrás que matar.

-Sí, pero yo hablo de contenido, Mis poemas son incluso... - Dan se detuvo. Los poemas eran personales, eran lo que eran. Y le pareció raro que muchos de ellos fueran leídos por un funcionario de admisión en cualquiera de Columbia, o Brown, o Vassar, como si se estuviera desnudando el alma ante un completo extraño que podría no haber leído las obras de Goethe, Sartre y Camus y no entender sus referencias indirectas a ellos.

-Sabías que incluso puedes probar publicar tus cosas? - Vanessa sugirió. -Eso sería
dejar al personal de admisión de la universidad completamente convencido acerca de ti.

Dan puso la colilla de cigarrillo en una lata vacía de Coca-Cola.
-Sí, está bien - dijo. Le gustaba escribir, pero de ninguna manera está dispuesta a enviar su material a un editor. Ni siquiera encontrar su voz todavía. Sabía que. Cada nuevo poema que escribió parecía diferente de la de más edad.
Vanessa se siento de nuevo.

-¿Qué? Estoy hablando serió. Debes hacer eso.
Dan se metió más en mantas.
-Como sea - murmuró, sin entusiasmo. No estaba preparado para el sexo y no iba a estarlo pronto ni para ser publicado. Ahora se sentía aún más inadecuada.
Vanessa sabía cuando estaba de vuelta Horadada. Respiraba a fondo y canalizó su gatito interior, que acaba de salir de su esquina en el calentador cuando Dan necesitaba un beso fuerte en su linda cara.
Ella deslizo los dedos bajo el pecho y lo besó.

-Una semana más y nosotros podemos dedicar todo el tiempo para las vacaciones - murmuró.
A diferencia de la mayoría de los miembros de la clase en Constanza Billard y Riverside Prep, Vanessa o Dan no tendría un glamoroso mundo de las vacaciones de Navidad. Vanessa vivía con su hermana mayor, una bajista, Ruby, en un apartamento en Williamsburg, en Brooklyn. Los padres de ellas eran artistas del futuro, siempre vivió en Vermont y pasó la Navidad en una gira con su compañía perfotmática. Dan y Jenny su hermana, vivían con su padre, Rufus, un escritor comunista y editor, no creía en la Navidad, Hanukkah o en, o en cualquier otro día de fiesta, de hecho.

-Papa hará su lasaña anual el jueves - y Dan se fue de nuevo en manos de Vanessa, de
lo que les permitió relajarse de nuevo. Le encantaba la suavidad y la firmeza de su espalda, que no sentía costillas, como ella. - ¿Vas a venir, verdad?
Ella bajo los hombros
-Claro. Pero dile a tu padre que no voy a comer como un cerdo al igual que el año pasado. He perdido tres kilos.- Dan continuó acariciando la parte trasera de Vanessa.

-¿Por qué? - Preguntó. Vanessa no tenía necesidad de hacer dieta. Su cuerpo era exactamente como lo describe en uno de sus poemas: como el agua.
-Porque mi ropa se ve mejor si lo bajo. - Vanessa no estaba interesad en su peso ,
como la mayoría de los colegas en la clase, pero no cuando tuvo que reducir el tamaño del botón de vientre a los pantalones.

-Bueno, me gusta cómo eres - dijo Dan, con la nariz en su oído.
Vanessa volvió la cabeza hacia él y sus labios se encontraron en un beso largo y dulce. Mientras se besaban, ella no podía dejar de pensar en el sexo con Dan podría ser mucho más importante de lo que había sido con Clark. Al menos si Dan estaba listo.

-Te quiero - susurró ella. Vanessa pensó durante algún tiempo en preguntar de nuevo si quería probar el sexo, pero no estropear el momento. Sólo tendría que esperar hasta que estuviera listo, pero con Dan eso podría significar tener que esperar hasta que se casaron o algo así. Así que parece que ya no actuaban como si no estuvieran casados. Perdón, voy a bostezar.

sábado, 2 de enero de 2010

PRIMER CAPITULO

GOSSIP GIRL

Lo único que quiero es todo!

VOLUMEN 3

Cecily von Ziegesar
. . . .

Advertencia: todos los nombres reales de lugares, personas y eventos se limitaron para proteger a los inocentes. Quiero decir, yo.

Hola, chicos!


La Navidad en Nueva York es verdaderamente mágica, especialmente en la parte alta. El aire huele a nieve, la quema de madera y tortas asadas. Desde el techo, el Parque Central se parece a un reino encantado de plata, el ParkAvenue es un desfile de luces, árboles de Navidad y el Rockefeller Center parece prometer que esta Navidad será la más maravillosa de todo - aunque la mayoría de nosotros estaremos bebiendo champagne para entretener a los demás. A lo largo de la Quinta Avenida, todos los escaparates de las tiendas por departamentos están decoradas para las fiestas y todas las muchachas salen de compras usando un abrigos de cachemira azul hermoso Marc Jacobs, que compraron en octubre y apenas ven el momento para usarlo. Y la noche despejada permitiéndonos a todos a disfrutar, gozar, disfrutar.
No hay nada que estudiar para los exámenes de mitad de año y nada de los intentos de último minuto para entrar en la universidad y nada de ayudar a mamá a comprar regalos para los empleados, los cocineros, los conductores y las niñas de la lavandería. Consigue tu vestido de raso negro drapeado de Prada, los zapatos de salto de la aguja de puro acrílico Christian Louboutin, la bolsa naranja Hermes Birkin, la lindinho más caras
que tengan y sígueme!


D y V con labios pegados en muelle de la 79. Es trágico el tiempo que tardaron en darse cuenta de que se aman. B y S en Bendel van a vestirse para la noche del baile de Negro y Blanco. Flow - ex modelo y cantante ahora hermoso y guitarrista, cuya banda, acaba de ganar el Premio de la Música de MTV para el mejor álbum por su disco de debut, Komunik8 hará el honor de anunciar cuánto dinero se recaudo. La pelota está en favor de Be Kind, un grupo que aboga por los derechos de los animales, de los cuales es el portavoz . Pero, ¿quién llama que? Todos sabemos que sólo vamos a echar un vistazo a su cara perfecta. Nos vemos allí!

¿Realmente se han hecho amigos?

Así es: Si B decidieron reanudar su amistad, y solo era cuestión de tiempo. Quiero decir, ¿cuanto
tiempo puedes permanecer enojado con alguien que conociste en la escuela primaria?
puede que B no sea tan linda o demasiado rubia o demasiado "experimentada" como S, pero eso no significa que se odien. S nunca será tan deshonestas o tan ensimismada como B, pero eso no significa que tiene que tener miedo de ella. Así, las dos decidieron dejar las diferencias de lado y ser agradables la una con la otra, al menos por ahora. La pregunta es, ahora vuelven, ¿en qué clase de locura van a terminar?
Pueden creerlo, seré la primera en descubrirlo y ustedes lo sabrá poco después. Yo no soy exactamente buena guardando secretos.

Tu sabes que me adoras. Chica indiscreta.

Las bellas del baile

—Si ella midiese unos quince centímetros más, él podría apoyarle la barbilla en el regezo —comentó Blair Waldorf mirando a su ex novio, Nate Archibald, bailar con Jennifer Humphrey, la alumna de noveno bajita y tetona por la que Nate, inexplicablemente, había plantado a Blair hacía unas semanas—. Pero, claro, quizá le costaría respirar.

Por suerte Blair se había saltado la cena; de lo contrario,se habría ido derecha al cuarto de baño a vomitar del disgusto. Como respuesta, Serena van der Woodsen, la amiga más antigua y más reciente de Blair, sacudió su melena color rubio cenizo.

—No lo entiendo —dijo—, no tengo nada en contra de Jenny, pero Nate y tú eran, no sé, la pareja ideal. Estaban destinados a pasar juntos el resto de sus vidas.
Era extraño que Serena dijese algo así. Después de todo, Nate y ella habían perdido la virginidad juntos a espaldas de Blair en el verano siguiente al décimo curso. Si había alguna pareja destinada a estar juntos, uno habría pensado en ellos dos, pero al igual que todas las otras relaciones que Serena había tenido, su relacion con Nate había sido algo pasajero. Blair y Nate sí que iban en serio. Y siempre habían estado allí, como el portero del edificio de la Quinta Avenida donde vivía Serena; era imposible concebir el futuro sin ellos dos juntos. Serena había visto en ellos una muestra de lo que sería ir en serio con un chico y le daba un pelín de miedo ver lo mal que había acabado todo.

Blair bebió de un trago su copa de champán Cristal.Las dos chicas se sentaban solas ante una gran mesa redonda con mantel de muselina blanca y tafetán negro
en el lujoso salón de baile del Hotel St. Claire, donde el Baile en Blanco y Negro anual estaba en pleno apogeo. Chicas con vestidos largos de finos tirantes de Versace, y Dolce y Gabanna, y plumas blancas en el cabello bailaban con chicos de esmóquines diseñados por Tom Ford para Gucci. Una gigantesca bola de rosas blancas y negras colgaba del techo. Blair tenía la horrible sensación de haber vivido aquello antes. Su madre se había casado hacía apenas un mes con un gordo, sudoroso e inútil llamado Cyrus Rose, y la fiesta de boda había tenido lugar en aquel mismo salón. Además, la boda había sido el día en que Blair cumplía diecisiete años, el día en que ella había planeado ir a por todas con Nate. Había pasado horas arreglándose e imaginando una y otra vez cada segundo de lo que pasaría. Pero luego se había tropezado con Nate besándose con la enana aquella en el vestíbulo del hotel y dandose cuenta de que daba igual lo guapísima que Blair estuviese con su vestido color café de dama de honor, un diseño de la casa Chloé, lo divino que fuese su peinado, lo altos que fuesen sus Manolos de tacón de aguja color peltre. Nate estaba tan ocupado manoseando los globos de la enana aquella de catorce años y pelo fosco, que ni se habría dado cuenta de nada.

Desde luego que había sido el peor cumpleaños de la vida de Blair. Pero no iba a seguir pensando en ello. Ella no era así. Sí, claro.

—Ya no creo más en el destino —le dijo a Serena, dejando la delgada copa de cristal sobre la mesa con un golpe que casi la quebró. Se pasó la mano por su largo cabello castaño que le había recortado ese mismo día Antoine, su nuevo peluquero favorito del Salón de la Puerta Roja de Elizabeth Arden.

Serena rió y elevó sus oscuros ojos azules en un gesto de exasperación.

—Entonces, ¿por qué siempre dices que Yale es tu destino?
—Eso es diferente —insistió Blair.

El padre de Blair había ido a Yale y Blair siempre había soñado con ir allí también. Era de las primeras de la clase en el Constance Billiard y había cogido extracurriculares por monton, así que solicitar una entrevista para pedir plaza pronto le había parecido una elección clarísima. Pero la presión durante la entrevista había sido demasiada para ella y había perdido el control, convirtiéndose en Blair, la Reina del Melodrama de la Gran Pantalla. Le había contado a su entrevistador la historia patética de cómo su madre se había divorciado de su padre gay y estaba por casarse con un hombre que apenas conocía, y además, le había dicho que no veía el momento de ir a la universidad para comenzar una vida nueva. Y luego había besado a su entrevistador, ¡se había puesto de puntillas y le había besado la delgada mejilla con barba de un día!
Blair pasaba horas imaginándose que era la heroína de una película en blanco y negro de los cincuenta, al estilo de Audrey Hepburn, su ídolo. Pero aquella vez
había sido su ruina. Ahora se veía forzada a solicitar plaza en Yale dentro del programa normal de admisión, igual que todos los demás. Hasta le había tenido que pedir a su padre que donase a Yale un programa de estudios en el extranjero situado en Francia para echarle una mano. Pero sus posibilidades de entrar eran escasas, por no decir otra cosa.

Blair sacó la botella de Cristal del cubo de hielo de plata en el centro de la gran mesa redonda y se llenó la copa.

—El destino es para los inútiles —dijo—. Es una mala excusa para dejar que te sucedan las cosas en vez de hacer que sucedan.

Ojalá supiese cómo hacer que sucediese lo que ella quería que sucediese sin arruinarlo todo. La concentración de Serena duraba menos que la de un cachorrillo recién nacido y, además, había bebido demasiado ya para tener una conversación tan seria.

—No hablemos del futuro por una vez, ¿vale? —dijo.

Encendió un cigarrillo y lanzó el humo por encima de la cabeza de Blair

—¿Sabes? El chico ese rubio que está hablando con Aaron tiene los ojos clavados en ti desde hace diez minutos —se cubrió los labios con sus largos dedos delgados ahogando una risilla—. ¡Y vienen para aquí!
Blair se dio la vuelta y vio a su medio hermano vegetariano, Aaron Rose, con sus rastas, acercándose a la mesa de las chicas con un chico extremadamente alto,
de pelo rubio peinado con púas y ojos color castaño claro, vestido con un traje de Arman que le sentaba como un guante. El chico tamborileaba nerviosamente con
los dedos en sus piernas super largas y tenía la vista fija en sus brillantes zapatos de vestir de Christian Dior, como si temiera tropezarse o algo así. Detrás de los dos chicos, la pista de baile estaba a rebosar de chicas fabulosas con fabulosos vestidos y chicos maravillosamente guapos que se rodeaban el cuello con los brazos y se mecían al ritmo de una canción de Beck.

—Dile algo agradable a Blair —le dijo Serena a Aaron—. Está agobiada por su futuro.
—¿Quién no lo está? —dijo Blair con un gesto de exasperación.

Los delgados labios de Aaron hicieron una mueca de disculpa. Blair, Serena y él habían ido al baile juntos, y en cuanto llegaron Aaron las había dejado fumando y
bebiendo mientras se iba a buscar a sus amigos. Pero Blair estaba nerviosa y sensible últimamente. Con el tema de la boda de sus padres, el desastre que había resultado su entrevista en Yale y demás. Necesitaba muchísimo apoyo moral.

—Perdona. No me he portado demasiado bien últimamente. ¿Quieres bailar o algo?

Blair se hizo la sorda. ¿Tenía acaso aspecto de querer bailar?

—¿Quién eres? —dijo, mirando al amigo rubio y alto de Aaron.

El chico esbozó una sonrisa. Sus dientes eran todavía más blancos que su camisa.

—Me llamo Miles. Miles Ingman.- El hijo de Danny Ingman, el famoso dueño de restaurantes y discotecas, el propietario de sitios de moda como Gorgon en Nueva York y Trixie en LA, por nombrar unos pocos.

—Está en mi clase en Bronxsdale —añadió Aaron—. Estamos montando un grupo. Miles toca la batería.

Blair tomó un sorbo de champán mientras esperaba que ellos dijesen algo que no fuese completamente aburrido. Miles le sonrió a Blair y tamborileó con los dedos en el respaldo de una silla vacía.

—Eres mucho más guapa de lo que pensaba —le dijo.

Era guapo, pero aquel tamborileo constante podría llegar a ser demasiado irritante. Blair no le devolvió la sonrisa. Levantó su copa. Aaron probablemente le había dicho a Miles que era una bruja total y éste habría pensado que ella tendría verrugas en la nariz y una escoba metida por el culo.
No era eso exactamente. A Aaron no le gustaba hablar de su media hermana porque quería tenerla para él solito, pero no se hagan un lío: ya se enteran más adelante. Aaron se pasó la mano por las rastas.

—Y ésta es Serena —le dijo a Miles.

Miles miró de arriba abajo el perfecto rostro de Serena, sus profundos ojos azules, su estilizado cuerpo y el fantástico vestido negro de Gucci. Sus ojos se detuvieron un momento en ella —era difícil no hacerlo— antes de volverse hacia Aaron.

—Qué raro. No me habías dicho que Blair era tan guapa.

—Perdona —dijo Aaron y se encogió de hombros, incómodo.

Blair y Serena volvieron a encender sendos cigarrillos. Seguían esperando que algo especial sucediese. Teniendo en cuenta lo que Blair acababa de decir con
respecto al destino, eran ellos los que tenían que hacer que algo ocurriera.
Aaron carraspeó.

—¿Estás segura de que no quieres bailar? —le dijo a Blair.

Blair se dio cuenta de que él no llevaba corbata y de que llevaba la camisa de su esmoquin fuera de los pantalones y desabrochada en el cuello. Parecía que estaba haciendo una declaración de principios. Blair le dio una larga calada al cigarrillo y le echó el humo a la cara.

—No, gracias.

La canción de Beck acabó y la gente se volvió a sus mesas a ponerse hasta las cejas de alcohol.

—¡Los pies se me están matando! —se quejó Kati Farkas, a la vez que se desplomaba en una silla frente a Blair y se quitaba los zapatos.

—Los míos ya están muertos —añadió Isabel Coates, hundiéndose en una silla junto a la de ella.

Los últimos dos años, mientras Serena estaba en la academia Hanover en New Hampshire, Isabel y Kati se habían pegado a Blair como dos lapas. Compraban
maquillaje en Sephora juntas, tomaban capuchinos en Le Canard juntas y, sí, iban al baño juntas. Blair era la reina de la sociedad, así que mientras estuvieron con ella se sintieron casi famosas porque en todos lados les ponían la alfombra roja. Pero justo antes del Día de Cristóbal Colón, a Serena la habían echado del internado y había reaparecido en la ciudad para robarles a Blair, y Kati e Isabel habían vuelto a ser las mismas sosas Kati e Isabel de siempre.
—¿Qué pasa que no bailáis? —preguntó Kati.

—No estoy de humor —se encogió de hombros Blair.

—Lo único que tenemos que hacer es pasar los parciales de la semana que viene —dijo Isabel con un suspiro,creyendo que el tono aburrido de Blair era cansancio—.Y luego nos podemos ir a casa por Navidad.

—ustedes tienen suerte de ir a un sitio donde hace calor —dijo Kati—. Yo tengo que joderme esquiando en la mierda de Aspen, lo mismo que todos los años.

—Pues eso es mejor que mi aburrida casa de campo en Connecticut —replicó Isabel.

—Va a ser fenomenal —exclamó Serena con una sonrisa excitada.

Kati e Isabel le lanzaron puñales con los ojos. Blair y Serena se iban a St. Barts a pasar juntas las vacaciones de Navidad. La madre de Blair y el padre de
Aaron habían pasado su luna de miel en un crucero por el Caribe y habían quedado en reunirse con Blair, Aaron y el hermano pequeño de Blair, Tyler, en el exclusivo resort, Isle de la Paix en St. Barts. Los chicos tenían permiso para llevar a un amigo si así lo deseaban, y después de hacer las paces en el baño durante la fiesta de boda de su madre, Blair había invitado a Serena. Por supuesto que volverían a la ciudad para Nochevieja. Ninguna chica que se aprecie pasa Nochevieja de vacaciones con sus padres después de los doce años.

—Vamos a arrasar —asintió Blair con una sonrisa autocomplaciente.Se imaginaba perfectamente, con la piel brillante de bronceador y su nuevo biquini Missoni en una playa de arena blanquísima, los ojos protegidos por enormes gafas de sol Chanel, mientras chicos guapos con pantalones de surferos le alcanzaban cocos llenos de bebidas exóticas. Se olvidaría de Yale, de Nate, y de su madre y Cyrus, y se broncearía bajo el sol de la isla hasta lograr un bonito color café con leche. Por supuesto que sabía que Kati e Isabel estaban supercelosas de que no hubiese invitado a ninguna de las dos a ir a St. Barts con ella, pero, para ser sincera, le daba totalmente igual. Faltaba solamente una semana.

Chuck Bass apareció por detrás de Blair y puso sus grandes manos calientes en los desnudos hombros femeninos bronceados por el tenis.

—Acabo de ver a Nate y a esa niñata del Constance morreándose en una esquina— dijo, como si todos estuviesen interesados en saberlo.

Chuck era moreno y guapo, con cara de anuncio de loción para después del afeitado. También era el chico más salido de la ciudad de Nueva York. Había intentado aprovecharse de Serena cuando ella había perdido el conocimiento por la bebida en la suite del Tribeca Star Hotel, que pertenecía a la familia de él, en el mes de octubre. Además, casi había conseguido que la pequeña Jenny Humphrey se quitase el vestido pare él en el baño de damas durante la Fiesta del Beso en los Labios aquella misma semana. Chuck era asqueroso, pero todos lo soportaban porque era uno de ellos: iba a una pequeña escuela privada para chicos; en Primaria había estudiado danza en el Arthur Murray, dado clases de tenis en el Asphalt Green y cantado en la iglesia del hotel de primera línea de playa en el sur de Francia. Le invitaban a las mejores fiestas y las rebajas más exclusivas, al igual que a todos ellos, y había nacido para vivir la buena vida, al igual que a todos ellos. Incluso cuando le rechazaban, Chuck volvía a por más. Era un cínico de mucho cuidado. Blair intentó librarse de sus manos con un encogimiento de hombros.

—¿Y?

Chuck mantuvo las manos donde las tenía.

—Nate nunca consiguió hacerlo contigo, ¿verdad? —comenzó a hacerle masajes en los hombros—. Estaba pensando que quizá debería ser yo quien hiciese los
honores.

A Blair se le puso todo el cuerpo tenso. Hasta aquel momento, nunca había tenido demasiados problemas con Chuck, pero ahora comprendía por qué Serena le
odiaba tanto. Empujó la silla atrás, quitándose las manos de los hombros con violencia, y se puso de pie.

—Tengo que hacer pis —anunció a la mesa, sin aludir a Chuck en absoluto—. Luego vámonos de aquí. Podemos seguir la fiesta en mi casa o algo.

Aaron se puso de pie y dio un paso hacia ella, echándose las rastas tras las orejas con gesto cohibido.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó, con voz preocupada.

En aquel momento la actitud de don Sensible molestó a Blair casi tanto como la de Chuck.

—Estoy bien.

Se dio la vuelta y atravesó la sala lo mejor que pudo,considerando que llevaba unos Christian Louboutin de tacón de Perspex de diez centímetros y un vestido negro Gucci superajustado. Mantuvo la mirada recta adelante para no ver a Nate con la niña aquella Ginny o como se llamase. La gente comenzaba a reunirse en la pista de baile y se oían comentarios excitados. Parecía ser que Flow, el cantante más superpopular del momento, estaba por salir. Pero a Blair le daba igual. Ella no se volvía loca por los famosos, como la mayoría de las chicas. No lo necesitaba: ella era la estrella constante en la película que se montaba en su cabeza, la persona más famosa que conocía.

Rock del gato se vuelve la cabeza de todos

Jenny estuvo en una especie de trance toda la noche. Antes de que la acompañara a la fiesta de Negro y Blanco, Nate llevaba un esmoquin Donna Karan nuevo, Jenny subio en taxi, la llevaron a comer de sushi y beber sake en Bond, y le regalaron un muy pequeño colgante de turquesa Jade Jagger en forma de la estrella. Sus ojos verdes chispeaban para encender las velas y los cabellos de oro que estaban tan perfectamente desgreñados Jenny estaba tomando con su polaróides mental que podría pintar un retrato de marca de nuevo en la mañana y aumentar su colección.

Lo mejor de todo fue que, después de llegar a la bola, Nate no arrastró a hablar con la gente que no lo conocia. Incluso los amigos de Nate titubearon, Jeremy Scott Tompkinson, Anthony y Charlie Avuldsen Dem, los dejaron a los dos solos. Esa noche, Nate con estaba ella, feliz de abrazarla mientras que se besaron en silencio en la esquina.

- ¿Sabes de la pantalla de El beso de Gustav Klimt? - dijo Jenny emocionada mientras mira a la cara bonita de Nate.

Nate hizo una mueca.

- No realmente.

- Ya sabes. Es famoso por cuadro. De todos modos, esto es lo que recuerdo.

Él tubo que asentir y miró hacia el escenario.

- Creo que el tipo del 45 aparecerá en un momento y dira algo. Jenny se recargo en la pared. Antes de Nate, sentia húmedas las bragas de la emoción al ver a un Famoso como el flujo, pero ahora todo lo que sabia erea que estaba besando a Nate.

- ¿Entonces? - Me dio una risa y un golpe de luz en la boca con el dorso de la mano, con cuidado no a borrar el brillo de la MAC de color rosa. - Eso fue increíble - añadió corto.

- ¿Qué? - Preguntó Nate, mirando angustiado a la sala.

- Yo nunca había besado a alguien asi, confeso Jenny.

Nate se volvió hacia ella y sonrió. Se había fumado un porro en la manera de salirse con la suya y que aún apedreado. Le gustaba el vestido que llevaba Jenny. Era largo y negro, el escote en la parte delantera y trasera, con volantes blancos dramáticos en los tobillos.
Jenny había comprado el vestido en el siglo 21, una tienda de stock de ropa de moda más frecuentados por los cazadores de gangas y la idea de que la gente no desesperadamente comprar cualquier cosa que se etiqueta, incluso si se obviamente imperfecta o fue una mala idea que el diseñador no vender en cualquier parte, excepto en en el siglo 21.
costaba exactamente un cuarto del cheque de su padre, pero Nate no lo sabía. Pensó parecía un ángel en blanco y negro. Un ángel con el mejor par de tetas grandes. Él pasó por las manos y los brazos claro suave como bebé de Jenny. Ella era suave y cálida, fresca como los rollos de pan y un restaurante de cinco estrellas. El DJ comenzó a tocar el éxito de los 45, Korrupt mí, y entonces apareció la rampa de flujo arrogante viendo de la nada, con una capa de fumar en una camisa roja con BE KIND en grandes personajes blancos y riendo como quizás uno de los chicos que conocen la mayor parte del mundo. Flow fue el Hijo de un modelo danés en ropa interior y un magnate del café de Jamaica, y una versión parecía tan y los ojos azules de Jim Morrison, el grupo clásico de la década de 1960, The Doors. Se fue detrás de un podio de vidrio, la música se detuvo y todos los vitorearon y aplaudieron. Jenny comenzó a entregar el dedo pulgar de Nate y le dio un apretón, ya que salió de la esquina a ver.

- Sólo quería dar la bienvenida a todos ustedes por venir aquí y que tiene lugar esta tarde a recaudar fondos para ... - Flujo de abrir la envoltura de una camisa de esmoquin y señalando a algunos de los clientes contentos y el atrevimiento de la danza, un pueblo que no se avergüenza de pagar Económicos, gritó: "Be Kind!" En el mismo tiempo, Blair abrió la puerta del cuarto de baño de las mujeres a encontrar Nate y Jenny de la mano y en su camino. Jenny llevaba un vestido llamativo de dudoso estilo de moda de abuela el fondo era demasiado grande y demasiado pequeño arriba. Ella y Nate aparecían en una noche cercana de su baile de graduación.

Blair Fijo los tirantes del vestido y pinto los laqueados labios rojo rubí. Cuanto más pronto saliera mejor, no. Pero ella no podía escapar como una pobre exnovia rechazada. Tuvo que mostrar más orgullo que la de mierda. Bueno, mucho más.

- Me gustaría dar las gracias al comité organizador de la pelota, liderado por Blair Waldorf y de Serena van der Woodsen - flujo continuo, la lectura de una tarjeta que estaba en su mano.
- Oye, por que las dos chicas no vienen aquí y me ayudan a anunciar cuánto dinero recaudamos?

Todos estiraron el cuello en busca de Serena y Blair. De manera general, su exuberante, Serena bajó un grito alto y se deslizo sin esfuerzo por el pista de baile, subir al podio con el pelo claro. Flujo dio un paso atrás,
silenciado por la belleza de ella, y Serena se dobla en el micrófono.

- Vamos, Blair - gritó, mirando a sala llena de gente. - ¡Ven aquí!

Blair podría sentir a la gente viendola. Ella trató de dar una sonrisa y dejó su puesto en la puerta del cuarto de baño, caminando con nariz al frente delante de Nate y ]enny abriéndose camino hacia el frente salón.
La boca de Nate se abrió cuando Blair se abrió para él. Parecía más de lo que recordaba y el trasero más definido. El pelo largo y su piel brillaba, tenía un tono perla que lucia genial en ella. Estaba caliente.
No, ella estaba más que caliente. De repente, estaba confuso. Quería Tomar el brazo de Blair y decir: "Vamos Vuelve aquí. Cometí un error. "Pero entonces ]enny le estrechó la mano, y miró a los ojos marrones y el escote en movimiento y profundidad, y de inmediato se olvidó de Blair de nuevo. Nate era como el labrador más tonto. Si hay un equilibrio en un palo delante de él, sólo pensaba hacerlo, pero si lanzas una pelota de tenis, se olvida de la varilla y corrió detrás de la pelota. Blair se unió a ellos en el podio y dio de flujo Serena una hoja de papel, una sonrisa de oreja a oído, como las dos organizadoras de la fiesta, que por casualidad, eran tan hermosas.

- OK - dijo Serena, leyendo el periódico. - Así que invocan ciento ocho mil cuatro cientos dólares. De todos los beneficios de ser amable, un nuevo fondo internacional para rescatar a los animales. -- Expuso la famosa sonrisa que había capturado por los fotógrafos de tantos en las páginas de sociales y del brazo de Blair.
Blair ha organizado cientos de esas cosas. Ella sabía el protocolo. Ella se inclinó hacia el micrófono ..

- Gracias por venir! - Ella gritó, dando la mejor sonrisa de la benefactora. - Y no se olviden de intercambiar sus regalos ... es la mejor parte de la fiesta!

La música comenzó de nuevo, más alto que antes, y todos volvieron a beber y bailar. Flujo volteo la cabeza a Serena y le susurró algo al oído. El aliento caliente en su oído. Había olor a cuero nuevo. Serena se rió.

-Espera un minuto, ¿de acuerdo?

Asintio flujo, mientras que Serena tomó el brazo de Blair y está fuera del podio, arrastrando a su amiga a volver a la mesa para dos.

- Él quiere que yo lo encuentre por ahí, nos dan un paseo en su limusina. Rápido, coge tu abrigo. Tú
también lo harás. Blair hizo una mueca. Ella realmente no era el tipo para sostener la vela, gracias.

- Creo que no.

Serena se hizo la sorda. Blair no arruinaría su fiesta. Kati, Isabel, Chuck, y Aaron Miles seguían sentados en la mesa, bebiendo la Stoli que Chuck había traído una botella de monograma de plata.

- Vamos - dijo Serena a ellos en señal de júbilo. - ¡Todos afuera! Vamos a hacer la fiesta en la limusina de Flow!

Blair metió los papeles en el bolsillo de la chaqueta de piel de Fendi baguette de visón y el armadillo exactamente libre de crueldad.
A veces el entusiasmo de Serena es irritante. Sin embargo, Blair no pudo decir que no les gusta bailar.
A ella le gustaba la idea que producía ir por la ciudad en coche, ver el mundo a través del cristal de la limusina. Audrey estaba tan de lujo. Y tal vez un paseo con flow y todo el lodo de su vida se convertiría por arte de magia, en una serie de desastres para una serie de sueños que se hacen realidad.

Nate estaba medio lleno de tanto besar a Jenny. Que había bebido demasiado y necesario para dar
incluso unas tapas.

- ¿Quieres caminar un poco? - Preguntó.
Jenny sonrió para él. Parecía que los cabellos de Nate se había bañado en oro. La única cosa que dejaría a la noche aún más perfecta seria que Nate le dijera: "te amo” y podia confía en que era exactamente lo que iba a hacer.

- Por supuesto - dijo con ansiedad.

Llegaron las chaquetas y Nate dejó la puerta abierta, cuando dejó el bullicio del hotel.
Una limusina enorme negra con vidrios polarizados se encontraba estacionada afuera. Nate y Jenny bajaron por los escalones de mármol de la acera y Nate arrancó la mano a su vez ligeramente. Jenny movio sus guantes de gamuza negro, decepcionada. Si Nate le iba a decir "Te amo", ella no queria ser apedreada cuando lo hicieran.
De repente, el cristal de la limosina negra abajo y apareció el hermoso cabello rubio de la Serena.

- Oye, ¿estás ahí! - Ella dijo a Nate y Jenny. - ¡Vamos! Estamos dando una fiesta! Venir! Vienen? Como siempre, Serena estaba actuando por impulso. Incluso no le pasó por la cabeza que eran las ultimas personas en el mundo que querían ver a Blair.
Jenny siempre había admirado a Serena, y subir en un coche con ella y con otras personas que estaban allí parecía emocionante y decadente.
Más emocionante que caminar por el frío, mientras que Nate se despejaba. Le tocó el brazo a Nate.

- ¿Podemos ir?

Nate tuvo que asentir. Estaba listo para cualquier cosa, ya que podría llevala a la cama con el.

- Claro. ¿Por qué no?

La puerta se abrió y Jenny se echó a reír como la memoria viva de la masa de las piernas y las rodillas con los calcetines de arrastre con ahumados y si sentaba en un pequeño rincón cerca de la ventana, junto a una chica que llevaba los zapatos más bellos y aparentemente más caros que había visto. Una niña que, por cierto, fue la ex-novia de Nate, Blair Waldorf.
El rostro de Jenny estaba rojo como el tomate y de inmediato volvió la cabeza hacia el otro lado, dando al hombre con la mirada de hijo de puta Chuck Bass, el tirón que había tratado de darle en el cuarto de baño de la fiesta de beso Boca en octubre.
¿Cómo había subido a una limusina sin antes comprobar quien está ahí?

Gossip Girl

Hola chicos y chicas este blog esta dedicado a la traduccion sin fines de lucro espero que les guste y cualquier sugerencia estoy a sus ordenes y pues para comenzar les tengo los libros de gossip girl, esta serie estadounidense me encanta pero la realidad es que los libros son muy diferentes, se podria decir que el unico parecido es en el primer libro pero basicamente este el tan solo el primer capitulo de lo que vemos en televicion, los primeros 2 libros de Cecily von Ziegesar ya se pueden descargar y del tercero me estoy encargando si alguien quiere ayudar la ayuda es bien recibida.

you now you loveme
haley

GG1: Cosas de Chicas---------------DESCARGAR
GG2: Tu sabes que me adoras------DESCARGAR

fuente:http://atrapalibros.blogspot.com/2009/01/descargar-los-libros-de-gossip-girl.html