XOXO

domingo, 5 de diciembre de 2010

Porque yo lo valgo!!!!

GossipGirl.net
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Todos los nombres reales de sitios, gente y hechos han sido alterados o abreviados para proteger a los inocentes. Es decir, a mí.

¡Qué hay, gente!


Febrero es como aquella chica de la fiesta que hice cuando mis padres se fueron de “segunda luna de miel” a Cabo la semana pasada (ya lo sé: triste). ¿Lo recuerdan, la chica que vomitó sobre el suelo de mármol de España en el baño de invitados y luego se negaba a marcharse? Tuvimos que tirarle dentro del ascensor con el abrigo de piel bordada de Oscar de la Renta para que finalmente se diese por aludida. Sin embargo, al contrario que la mayoría de los sitios, Nueva York se niega a caer en una depresión inducida por febrero para convertirse en una tierra gris y fría. Al menos, mi Nueva York no lo hace. Aquí, en el Upper East Side, todos conocemos la cura para le depre: un vestido sexy de fiesta de Jedediah Angel, unos Manolos negros de satén, el nuevo Ready or Not, el carmín rojo que sólo se puede conseguir en Bendel’s, hacerte la depilacion brasileña y darte el autobronceador de Estée Lauder, por si ya se te ha ido el bronceado que habías traído de St. Barts por Navidad. La mayoría de nosotros está a punto de acabar la prepa ¡por fin! Ya hemos entregado las solicitudes en las universidades y no hay casi nada que estudiar, con dobles horas libres todos los días en las que podemos ver alguna de las pasarelas de la Semana de la Moda o irnos al lujoso penhouse de alguna de nuestras amigas a tomar café con leche desnatada, fumar un cigarrillo y decidir que nos vamos a ponernos en las fiestas nocturnas.
Algo más que salva al mes de febrero es mi fiesta favorita de toda la vida, un día en el que no tendría que haber clases: San Valentín. Si ya tienes novio, te felicito. Si no, ahora es cuando tendrías que ponerte las pilas para cazar al guapo ese por el que se te cae la baba desde hace meses. ¿Quién sabe? Quizá encuentres el amor verdadero, o al menos el deseo verdadero, y pronto todos los días se convertirán en San Valentín. Eso, o puedes quedarte en casa y mandar tristes notas anónimas y comer bombones con forma de corazón hasta que no quepas en tus vaqueros Seven favoritos. Tú eliges…

Visto por ahí
S y A cogidos de la mano paseando lentamente desde la Quinta Avenida hasta el bar del Crompton Hotel, donde se les puede ver casi todos los viernes por la noche, bebiendo cócteles de Red Bull y Veuve Clicquot y riéndose para sí al pensar (qué fuerte) que ellos eran sin duda la pareja más de moda de toda la habitación. B negándose a entrar en Veronique, una tienda de premamá en Madison, con su madre, encantada de la vida con su embarazo. D y V con idénticos jerséis negros de cuello de cisne y las piernas entrelazadas mientas miraban aquella peli retorcida y deprimente de Ken Mogul en el Angelika. Son dos bichos raros idénticos, mórbidos y artistas; tan perfectos el uno para el otro que te dan ganas de gritarles: “¡Oye! ¿Por qué os llevó tanto tiempo, eh?”. J en el autobús que cruza la ciudad por la calle 96, leyendo con atención un triptico sobre cirugía para reducir el pecho. Yo me la haría, desde luego, si, como ella, tuviera que usar su talla de copa doble D. El súper adorable N jugando un partido totalmente fumado con sus amigos en Sky Rink. Parece que no le importa no tener novia. ¡Como si le fuese a costar trabajo encontrar otra!
Y finalmente: ¿quién será preadmitido?
Esta semana, un (desgraciadamente reducido) número de nosotros se enterará si nos han preadmitido en las universidades más importantes del país. Ya no hay más vuelta de hoja. No hay más tiempo para que nuestros padres construyan un nuevo pabellón para la biblioteca. No hay tiempo de sobornar a otro estimado ex alumno para que le mande al responsable de admisiones una carta de recomendación. No tenemos tiempo de ser la estrella en otra obra de teatro del colegio. Los sobres ya están en el correo.
Me gustaría dedicar un momento a señalar que la decisión es completamente arbitraria, porque, básicamente, todos somos especímenes perfectos. Somos guapísimos, inteligentes, elocuentes y con excelentes modales. Tenemos padres influyentes y unas notas excelentes (a no ser por un resbalón ocasional, como que te echen del internado o que tengas que repetir Selectividad ocho veces).
También desearía dar un consejo a aquellos de nosotros que consigamos la preadmisión: intenten no hablar demasiado de ello, ¿vale? El resto tendrá que esperar un par de meses más, y si quieren que los invitemos a salir con nosotros, será mejor que no mencionéis las palabras: Ivy League1 en nuestra presencia. Bastante lo hacen ya nuestros padres. No lo digo porque sea un tema delicado, no señor.

Creo que se puede decir que este año la epidemia invernal de gripe es de la variedad: “esperandonoticiasdelauniversidaditis”. ¡Ha llegado el momento de soltarse un poco la melena! Piensen que cuanto más tarde nos acostemos, más borrosos se nos harán los días y más rápido pasarán. Y créanme que todo lo que montemos será glamurizado, disecado, corregido y aumentado aquí mismo por su servidora.

¿Acaso los he decepcionado alguna vez?

Tú sabes que me adoras,


XOXO GOSSIP GIRL

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